Aquella
mañana, bajo un árbol, un hada se sentía triste y preocupada
porque no tenia nombre.
Pasó
por allí un gusano y le dijo: - ¡Hola! ¿como te
llamas?
-
No tengo nombre - contestó el hada.
-
Gusano sería un buen nombre - Dijo gusano
-
No, ese no es un nombre para mi - Dijo ella.
Y lo mismo ocurrió
cuando le propusieron nombres: Araña, Oruga, y otros animalitos
que pasaban por allí.
De pronto una bellísima
mariposa salió de su capullo, elegante y hermosa.
-
¡Hola! - dijo al hada
-¡Hola!
- contesto ella
-
No quiero llamarme mariposa, así que no me lo digas
-Veo
que eres un hada nueva, y no tienes nombre todavía. -dijo
mariposa.
-Si,
es verdad, no tengo nombre y no se como debo llamarme.
Mariposa
le explicó que las hadas se llaman con el nombre de las flores
que tienen más cerca al nacer.
-
Veamos - dijo mariposa.
-
Tu has nacido entre un rosal y una siempreviva, entonces tu
nombre es: Rosa Siempreviva.
-
Estupendo - dijo Rosa Siempreviva
-
Pero creo que será mejor que te llamemos Rosi - dijo mariposa.
-
Muy bien - dijo el hada.
Y
se puso tan contenta con su nombre que empezó a bailar y dar
vueltas hasta casi marearse. Entonces mariposa la llevo junto a
las otras hadas del bosque y Rosi fue muy feliz y un hada alegre
y divertida, por algo se llamaba: ROSA SIEMPREVIVA.
Y...
colorín colorado este cuento se ha acabado.
Cuento
contado de la chimenea al tejado del tejado al foso para que no
lo escuche ningún mocoso.
Cuento
adaptado por M.Luz para ELENALAND |